El Doctorado en Ciencias en Conservación del Patrimonio Paisajístico es un programa presencial en red que conjunta 5 Unidades Académicas y un amplio número de investigadores que exploran la complejidad ambiental de una manera multidisciplinaria y desde diferentes perspectivas. Este núcleo se conjunta a través de la Red de Medio Ambiente del IPN y cuenta con más de 50 académicos.
Las Unidades Académicas que forman la red del Doctorado son:
Las ciencias ambientales son vistas en la actualidad como una opción educativa y de investigación vinculada al desarrollo (I+D) con metas de sustentabilidad regional.
Asimismo, las tendencias interdisciplinares en la investigación ofrecen en este momento nuevas formas para desarrollar proyectos de investigación en ciencias ambientales mediante redes de investigadores de diferentes unidades académicas. Este es un momento oportuno para abordar el doble reto del milenio: conservar el medio ambiental y asegurar una mejor calidad de vida presente y futura de las sociedades humanas.
Bajo estos preceptos se crea el Doctorado en Ciencias en Conservación del Patrimonio Paisajístico del Instituto Politécnico Nacional, apoyado por la Red politécnica de Medio Ambiente. Este programa tiene dos características nuevas en los doctorados nacionales e internacionales:
Es presencial aunque se desarrolle en Red.
Su marco conceptual es totalmente diferente a lo que se ha planteado con anterioridad en temas ambientales.
El primer punto significa que un alumno se inscribe y asiste a sus actividades diarias del programa de doctorado (unidades de aprendizaje, cursos, seminarios, etc…) en una de las cinco Unidades Académicas que participan en el doctorado, pero que forzosamente debe realizar una estancia semestral en alguna otra Unidad Académica. De igual forma, el alumno puede tener dos Directores de Tesis, con el requisito indispensable de que cada uno sea de una Unidad Académica diferente. Se pretende, asimismo, que cada director de tesis sea de una línea de investigación afín pero abordada desde una diferente perspectiva, fomentando así, la interdisciplinariedad.
El segundo punto novedoso es el enfoque holístico bajo el paradigma ecosistémico. El programa utiliza las nuevas acepciones de Paisaje y Patrimonio Paisajístico en vez de los ya muy usados y varias veces malinterpretados medio ambiente y desarrollo sustentable, o la también malentendida palabra ecología, por ser mas precisos en lo que se pretende proteger y conservar a través del estudio científico y la vinculación pragmática del conocimiento científico con la sociedad. Vistas así las ciencias ambientales, se transforman en verdaderas Ciencias del Paisaje.
Bajo esta visión, conservación implica cuidar lo que se utiliza. No es sinónimo de prohibición; pero sí de uso razonable de la estructura del ecosistema. Proteger y utilizar adecuadamente un paisaje demanda analizar el mosaico territorial para proteger y conservar lo que conlleva: su diversidad biológica en términos de arquitectura ecológica; sus bienes y servicios ambientales y sus valores ecológico-evolutivos.
En la misma tónica, patrimonio hace referencia a que lo que se protege en función de las necesidades humanas; tiene que ver con el derecho de todos nosotros y de los que vendrán a gozar de un medio ambiental en buenas condiciones, ya que el paisaje bajo protección es una herencia que debe poderse usufructuar en el presente y en el futuro, para hacer honor al principio de equidad generacional.
Finalmente el término paisajístico, en lugar de "Natural" implica, por una parte un componente físico-químico-biológico (el territorio) que incluye la plataforma en la cual se desarrollan y generan las actividades de los seres vivos y en el cual tienen lugar los procesos ecológicos. En este sentido los seres humanos somos un proceso más que se da en el territorio.
Pero además los seres humanos al establecernos en un lugar construimos un paisaje, es decir, interpretamos el territorio en función de nuestro bagaje cultural. Según el Convenio Europeo del Paisaje (2001), "el paisaje es cualquier parte del territorio tal como la percibe la población". Así, el paisaje es un constructo cultural que determina las modificaciones que hagamos al territorio. Así, el manejo del territorio esta íntimamente ligado a la interpretación que de él hacemos y por lo mismo es producto de nuestra tradición, cultura, sentimiento, aspiraciones y memoria histórica.
La protección de nuestro patrimonio paisajístico (englobando tanto el medio ambiental natural como el medio cultural que modifica al primero), la conservación de la diversidad biológica y la equilibrada utilización de los recursos naturales, nos permitirán paliar los efectos del cambio climático, revertir en la manera de lo posible la desertificación y superar la pobreza rural y urbana, prioridades a nivel nacional, vinculadas directamente con los objetivos esenciales del milenio, enarbolados por la Organización de las Naciones Unidas.
De manera muy particular este programa aspira a aportar mecanismos para superar la singularidad ambiental nacional de tener los ecosistemas más importantes desde el punto de vista biológico en las áreas donde habitan comunidades humana con alto rezago económico y exclusión social, lo que los hace al mismo tiempo ser los ecosistemas más vulnerables y sensibles a la degradación ecológica.